Espacio Maternal- Madre de día- Educadora infantil
El bosque de Gulubú
Sarah Preston
"¿Ustedes vieron esos libros-sorpresa que cuando uno los abre aparecen figuritas de pie?
Bueno, igualito es el bosque de Gulubú. Como las marionetas dormidas. Uno le tira de los hilos y ellas se ponen de pie, bailan y se mueven.
El bosque de Gulubú está planchado en el suelo, y cuando su dueño tira de los alambres, los árboles y los yuyos y las casitas y los bichos aparecen todos como diciendo:
–Aquí estamos. Estábamos jugando a la escondida. "(...)
"Por eso, si ustedes alguna vez encuentran detrás de un árbol, o detrás de cualquier cosa, a un inspector enanote y sabihondo que les dice que no es posible que existan un enanito y 7 Blancanieves, o que no es posible que exista cualquier cosa linda, ustedes pueden contestarle:
“Los
niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que
mirando. El juego que hacen solos sin el control de los adultos es la
forma cultural más alta que toca un niño. Los niños que han podido
jugar bien y durante mucho tiempo serán adultos mejores.”
Francesco
Tonucci
Los
juguetes
Los
juguetes deberían ser herramientas que les permitan a los niños
descubrir, explorar, cuestionar y recrear el mundo que les rodea.
Pero
muchas veces son los juguetes los que interfieren con el juego del
niño. Juguetes pensados para atraer, fascinar, ser deseados, pero
que muchas veces pasan a ser olvidados pasados la primera
fascinación, terminan aburriendo porque no ofrecen posibilidades
nuevas, ya viene todo hecho. O simplemente el exceso de juguetes
produce una saturación y sobreexcitación que hace que el niño
desconecte de si mismo y “olvide” jugar.
La
importancia del juego
Cuando nuestros hijos están irritables
pensamos en si tendrán hambre, estarán cansados,.. pero muchas
veces olvidamos pensar si han jugado, si han tenido oportunidad en el
día de entregarse a un rato de juego libre. Y es que es una
necesidad vital para el niño aunque siga habiendo tendencia a
considerarlo una pérdida de tiempo, o a confundir entretener con
jugar.
Cuando los niños y niñas juegan
libremente se entregan, se concentran, se implican,...Realmente estan
en su mundo, un mundo con códigos propios, sin tiempo,..es una
actividad absorvente que no pueden dejar de hacer. El juego así,
está guiado por un motor interno, no está planificado, no tiene
horarios, ni objetivos. Surge desde su propia necesidad interna,
movidos por sus intereses concretos según su momento de desarrollo.
Es necesario que el juego esté libre
de juicios y de expectativas, por lo tanto, que no esté dirigido
desde afuera por un adulto. Cuando esto es así, se convierte en una
fuente de crecimiento y desarrollo muy potente.
El
juego libre no busca resultados y produce placer y felicidad.
Cómo
elegir juguetes o materiales de juego
La
palabra juguete va asociada a compras, a objeto de consumo, casi
incluso a plástico y a pilas. Por eso a veces prefiero hablar de
materiales de juego, uno para desintoxicarlo de esas asociaciones y
otro para aclarar que no todos los materiales de juego es necesario
que sean juguetes, que sean pensados o diseñados por un adulto para
jugar. Utensilios de uso cotidiano, objetos naturales, envoltorios,
recipientes,...ofrecen a veces muchas más posibilidades de juego.
¿Entonces? ¿Cómo elegir qué ofrecemos para jugar?
Una
buena opción es dejar de lado los catálogos de las jugueterias y
observar tranquila y continuadamente a nuestros hijos e hijas. La
clave para comprender en qué momento están, en qué están
interesados... la tienen ellos, porque más allá de las
recomendaciones para cada edad, están sus propios procesos
evolutivos, gustos e intereses que son individuales y únicos.
No
intervenir o dirigir su juego no quiere decir que los dejemos jugando
solos, nuestro acompañamiento es muy importante, pero debe ser un
acompañamiento que respete su actividad sin intentar controlarla u
organizarla.
Ofrecerles
productos o materiales abiertos, esto es que no lo den todo hecho,
que permita muchas posibilidades diferentes, que no esté definido su
uso.
El
Juego
Es
como un ensayo de la vida, una preparación que nos hace fuertes para
soportar todo tipo de frustraciones y dificultades. Haciendo uso de
la imaginación, nos pone ante situaciones insólitas y nos obliga a
afrontar retos que la cotidianidad no es capaz de plantear.
A
diferencia de un trabajo, es gratuito. No obtenemos ningún beneficio
material y, sobre todo, no lo hacemos por obligación. “¡Juega!”
Es una demanda imposible porque el juego nace de la espontaneidad
igual que toda fuerza creativa.
Solo
jugamos cuando nos sentimos mínimamente protegidos y estimados, y es
quizás la actividad que más entrena para ser feliz, porque genera
comunicación, confianza, y alegría y espanta los malos espíritus
que incuban la depresión.
Tiene
unas fronteras invisibles de tiempo y espacio y unas reglas tácticas.
Crea un universo paralelo donde todo tiene sentido y, como sabemos
quiénes somos y qué debemos hacer, vivir se vuelve una aventura
emocionante que exorciza miedos y conflictos creando complicidades.
Hoy, tras la noche de Reyes, debería ser una actividad dominante,
pero la progresiva intrusión de los adultos en el espacio
de la infancia hace que algunos niños y niñas hayan perdido el
ánimo.
Cuando
un juguete es tan inteligente que solo permite jugar tal como él
manda, pasa a ser un producto de consumo que deja un intenso sabor de
insatisfacción.
No
puede haber ocio creativo sin un aburrimiento previo que vuelva a
conectar a cada niño con sus deseos. Nada puede ser mágico si no ha
sido largamente incubado. El peor enemigo del juego es la saturación
de estímulos.
"El juego" de Albert Pla Nualart. Diari Ara, 7 de enero de 2012
Los beneficios del juego son
considerables e indiscutibles. Jugar es una fuente inagotable de
placer, alegría, descubrimientos, reto y satisfacción, que permite
un crecimiento equilibrado del cuerpo, la inteligencia, la
afectividad, y la sociabilidad. Ahora y siempre el juego es y ha sido
un elemento fundamental en el desarrollo de las personas.
Imprescindible para un armonioso crecimiento. Un niño que
juega es un niño sano.
El juego constituye una actividad
esencial para el desarrollo del individuo como lo es la
educación, la alimentación o la salud.
Si los niños, niñas y jóvenes
pudieran crecer en la alegría del juego devendrían adultos
con mayor salud física y mental y la actitud lúdica les
acompañaría siempre.
El juego resulta una valiosa
herramienta para generar una sociedad mejor,
fomentando la comunicación entre las personas, profundizando en las
relaciones de los individuos de una comunidad y reconciliando
posturas antagónicas.
El juego potencia la creatividad
y el talento, estimulando la posibilidad de ver las cosas
de distintas formas, favoreciendo mentes abiertas, alimentando la
capacidad de transformar los conceptos e imaginar perspectivas
nuevas.
El juego incide directamente en el
desarrollo de la inteligencia
emocional: en la capacidad de
controlar las emociones, de motivarse un mismo, el reconocimiento de
las emociones ajenas y el control de las relaciones.
Texto extraído del Manifiesto del Día Internacional del Juego
muy bueno... gracias!
ResponderEliminarMuy útil en estas y otras fechas...
ResponderEliminarGracias Paula!