Las personas no dejamos de aprender, las madres de día no dejamos de formarnos, y parte de nuestra práctica diaria es la reflexión sobre nuestra actitud, nuestra forma de hacer, que a su vez viene determinada por nuestra mirada, nuestras creencias,..
La forma en la que acompañamos a los niños viene determinada por muchos aspectos, algunos se nos escapan, pero intentamos ser conscientes para poder mejorar este acompañamiento. Pretendemos que nuestra presencia ofrezca seguridad, calidez, para eso intentamos estar disponibles física y emocionalemente.
Queremos evitar juicios de valor y carga emocional propia, que los niños se sientan aceptados incondicionalmente, eso implica poder sostener nuestras propias emociones, sentimientos, pensamientos y preocupaciones para que no interfieran, separarlos de la realidad del niño para aceptarlo, sin expectativas de lo que debería ser. No queremos anticiparnos sin darles tiempo de sentir, manifestar, experimentar. Tenemos que estar atentas y sobre todo conocer profundamente a cada pequeña persona que cuidamos para comprender qué necesita.
Conocerlos y comprender lo que necesitan no siempre es fácil
Queremos que ellos sigan su ritmo, sigan sus procesos, manifiesten su interés, su forma única de estar, porque confiamos en ellos, porque entendemos que ellos saben lo que necesitan. Nuestro papel es darle seguridad, el afecto incondicional, la tranquilidad, para que ellos puedan dedicarse a explorar su mundo.
Es un delicado equilibrio entre estar cerca y disponible, pero sin interferir, dirijir, manejar. No podemos mantenernos tan al márgen que se sientan solos o perdidos, ni tan entrometidos que no les dejemos ser ellos mismos. Podemos estar interfiriendo cuando halagamos, chantajeamos, manipulamos, correjimos, distraemos. Pero no podemos distanciarnos tanto que no encuentren límites que les den seguridad, contención, reconocimiento, ...Ellos necesitan nuestra mirada y acompañamiento, necesitan triangular entre la realidad del mundo que les rodea y la persona que les cuida, pero son ellos los que deben descubrirla.
Gloria Vives |
1. Estar a su nivel, el suelo, nos acerca, estamos más disponibles, observamos desde otro punto de vista más cercano al suyo. Pueden acceder físicamente a nosotras, el contacto, el tacto es vital para los bebés y niños pequeños. De esta manera, desde que gatean o se arrastran son ellos los que deciden y toman la iniciativa en la relación, no los invadimos levantándolos o manipulándolos.
2. La voz y la palabra, hablarles, explicarles qué estamos haciendo, qué está pasando, dirigirnos personalmente a cada uno, por su nombre, en un tono de voz claro, que transmita serenidad y confianza. Escucharles, darles tiempo a responder, qué intentan transmitir, des de sus balbuceos, llantos, miradas, movimientos, cómo sus primeras palabras. Crear un diálogo, tejer una comunicación que requiere el esfuerzo de comprender, la paciencia de escuchar, la calma de transmitir.
Chelsea Edwards |
3. El tiempo, la atención exclusiva, el estoy por ti ahora, les llena, les alimenta su autoestima y les da la libertad luego para ser más autónomos.
4. La observación, estar pendiente y atenta a sus señales, a su juego, sus movimientos, nos ayuda a conocerlos y comprenderlos mejor, a saber también cuando intervenir.
Alguien me habló de la expresión, creo que de origen inglés, de ser como una mosca en la pared, pero a mi me gusta más el ejemplo de un gato. Al menos si te gustan los gatos, la presencia de un gato en casa suele brindar una sensación de tranquilidad, serenidad y paz. Pueden pasar desapercibidos la mayor parte del tiempo pero acompañan y transmiten una sensación de equilibrio ( y sí, también a ratos se lanzan a jugar)
5. Confiar en ellos. Saberlos capaces y competentes, llenos de recursos propios.
Clara Luna |
Joan Turu |
"Cuando los hijos ven en nuestro rostro que son bienvenidos, porque su llegada no nos ha transformado en meros proveedores culposos, sino que seguimos siendo personas con ganas de vivir porque somos dueños de nuestros sueños y deseos; cuando nos ven bien, íntegros frente a la vida, querrán ser grandes y harán lo que deban hacer para lograrlo, porque para ellos crecer será tan bueno como buena es nuestra vida, la vida de los padres que criamos sin miedo."
7.. Buscar ayuda, a veces el universo de un niño es tan inmensto y tan intenso que no logramos abarcarlo con nuestra mirada. Pedir a otra persona que nos ayude a mirar, puede ampliar nuestro horizonte y descubrirnos detalles que nos pasaron desapercibidos.
8. No olvidar lo que es responsabilidad de ellos, no hacer nada por ellos que puedan y quieran hacer. Sí, cuidarlos, proveerles de lo que necesitan, ...pero no olvidar que ellos son los protagonistas de su desarrollo.
"Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo en el desarrollo del niño"
En el mundo de la educación infantil a veces las educadoras terminan asumiendo un papel de animadoras, entrenadoras, payasas, directoras de orquesta,...ocupando un espacio que pertenece a los niños, llenando con nuestra voz y nuestro hacer el espacio de los niños, privándoles a ellos de su tiempo, sus descubrimientos, su iniciativa y haciéndolos dependientes de nuestras indicaciones, y aprobaciones.
Esther Leeuwrik |
" Cuando somos muy niños, no necesitamos cuentos de hadas, sino simplemente cuentos. La vida es de por sí bastante intersante. A un niño de siete años puede emocionarle que Perico, al abrir la puerta se encuentre con un dragón; pero a un niño de tres años, le emociona ya bastante que Perico abra la puerta."
En el libro de Catherine L'Ecuyer, Educar en el asombro
Si continuamente indicamos a los niños todo lo que deben hacer y cómo o lo hacemos por ellos, adormecemos su capacidad para hacerse cargo de sí mismos, se desconectan de sus necesidades y pasan a ser absolutamente dependientes de nuestras indicaciones, aprobaciones,...
“Es cierto, exiten “los niños dragones dormidos”, y son muchísimos en nuestra sociedad…Niños que han vivido toda una vida tan dirigida y controlada desde afuera que a estas alturas de sus vidas no saben lo que necesitan sin indicaciones ajenas y se encuentran, por ejemplo, abrigados cuando tienen calor: desconectados de sí mismos, sumisos, aburridos sin saber a qué jugar, con la mirada puesta en el otro… capaces de enfrianse si no les pones la chaqueda o se la quitas… porque nunca han asumida la responsabilidad de sus vidas ni de sus cuerpos.”
¿ Cual es nuestro papel entonces?
" La correspondiente misión del educador es permitir que el niño desarrolle su propio modo de ser y animarle incluso a que se acostumbre a obrar por propia inciativa"
Saber cuando y cómo intervenir viene de mucho observar y conocer, podemos equivocarnos, claro, pero seguro que tenemos más posibilidades de acertar con nuestra actuación si primero observamos, sin prepotencia, con una intención clara, centrándonos en las necesidades de los pequeños. Cuándo advertir un peligro, poner un límite, ofrecer, proponer,...es diferente para cada uno, hay que estar siempre atenta.
Rosie Butcher |
O sea, estar siempre aprendiendo, siempre buscando un equilibrio, ser críticas con nosotras mismas, buscar nuevas maneras de hacer las mismas cosas, estando receptivas a cambios, y nuevas propuestas. Nuestra responsabilidad no es tanto dirigir, controlar,...cómo crear ese clima, tranquilo, acogedor, estimulante, donde los pequeños se sientan seguros y tranquilos, permitiéndoles decidir por si mismos, no quebrando su impulso interior de aprender y sentir.
Qué pretendemos con este enfoque
Lo importante no es la técnica o el material sino la persona. Desde la Educación centrada en la persona se trabaja para garantizar el derecho de toda la infancia de disfrutar de entornos educativos de calidad, que respeten sus procesos vitales, construidos a partir de sus necesidades e intereses de aprendizaje y a ser acompañados de forma integral en su desarrollo. Destaca también la importancia de que educadores y familias nos situemos también bajo esta mirada que facilite el acompañarnos unos a otros en nuestros procesos vitales.
Desde la Educación Viva se entiende que todo organismo tiene una estructura interna que es la que guía las interacciones con el entorno para desarrollarse adecuadamente. Y que todo organismo vivo tiende al bienestar y el equilibrio y para conseguirlo debe satisfacer una necesidades internas. La no satisfacción de éstas llevaría al desequilibrio.
¿Y cuáles son esas necesidades?
Beatrix Potter |
De autonomia y exploración. Creemos en el niño como un ser competente que se hace a sí mismo. Las MD preparamos el ambiente en nuestra casa para que el niño pueda explorar, moverse libremente y adquirir autonomía. Seleccionamos el material en función del momento evolutivo y los intereses de los niños.
De autorregulación y de tiempo. Las MD no adelantamos aprendizajes, respetamos su tiempo individual, sus ritmos y no forzamos la adquisición de logros posturales o aprendizajes.
De movimiento y juego espontáneo. La libertad de movimiento, el juego libre, permitirles descubrir su cuerpo y su entorno sin intervenciones ni manipulaciones innecesarias es uno de nuestros pilares. En este sentido Emmi Pikler es uno de nuestros referentes.
De pertenencia y de vínculos. En el caso de los bebés es básico establecer un vínculo de apego que le de la seguridad y protección, el afecto y los cuidados básicos para que el niño pueda dedicarse a sus necesidades de desarrollo. Las MD ponemos mucho cuidado en esta relación porque somos conocedoras de la importancia vital que tiene para los bebés
De ser aceptado y amado. Para las MD está es la primera necesidad de los niños, vital para que se sientan seguros y crear un vínculo. La aceptación tiene que ser total sin condiciones y sin juicios.
De construir un autoconcepto positivo. Las MD somos conscientes que nuestra actitud, nuestras palabras, nuestra mirada y nuestro acompañamiento tienen una gran influencia en la construcción del autoconcepto del niño.
De autorrealización. El niño es el protagonista de sus aprendizajes. El niño como ser competente que se hace a sí mismo.
De ambientes preparados que permitan su autorrealización. Las MD diseñamos los ambientes de nuestra casa para que los niños sean autónomos y encuentren el espacio y los materiales que necesitan en cada momento
Una última reflexión
El humor y la ternura son herramientas que nos ayudan a relajarnos, incluso a resituarnos cuando las cosas parecen tornarse demasiado graves y poco llevaderas. Y, ¿Cómo sabremos si lo estamos haciendo bien?
David Soman |
*Esta entrada surge de la reflexión suscitada a raíz del módulo formativo "L'estar i l'actitud de l'acompanyant en l'àmbit de l'Educació Lliure" de Llars de Criança, ofrecido por Judith López y de mi estar y acompañar diario como madre de día en El bosque de Gulubú. Y sólo pretende ser una reflexión en voz alta sobre todas las dudas que se nos plantean en el momento de acompañar de la mejor manera a las personitas que cuidamos.
Más información:
Qué significa acompañamiento respetuoso?
Niños y adultos: diferentes formas de ver y de comprender la Vida
Factores que desmotivan a los niños
Plataforma per una educació centrada en la persona
Centre de Recerca i Assessorament d'Educació Viva
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