El bosque de Gulubú

El bosque de Gulubú
Sarah Preston

"¿Ustedes vieron esos libros-sorpresa que cuando uno los abre aparecen figuritas de pie?

Bueno, igualito es el bosque de Gulubú. Como las marionetas dormidas. Uno le tira de los hilos y ellas se ponen de pie, bailan y se mueven.

El bosque de Gulubú está planchado en el suelo, y cuando su dueño tira de los alambres, los árboles y los yuyos y las casitas y los bichos aparecen todos como diciendo:

Aquí estamos. Estábamos jugando a la escondida. "(...)


"Por eso, si ustedes alguna vez encuentran detrás de un árbol, o detrás de cualquier cosa, a un inspector enanote y sabihondo que les dice que no es posible que existan un enanito y 7 Blancanieves, o que no es posible que exista cualquier cosa linda, ustedes pueden contestarle:

–Sí señor, existe, en el bosque de Gulubú."


Dailan Kifki

Maria Elena Walsh






viernes, 15 de febrero de 2019

A un lado por un tiempo

Sonja Danowski

"Quédate a un lado por un tiempo y deja espacio para aprender y observar cuidadosamente lo que los niños hacen, y después, si lo has entendido bien, tal vez enseñar sea diferente."

Loris Malaguzzi

Estos días han visitado el bosque de Gulubú algunas familias y siento que a veces no consigo explicar del todo qué hacemos las madres de día, qué distingue mi proyecto de otros servicios a la infancia. Digo que se desarrolla en un ámbito familiar, el entorno casero, la atención individualizada, el juego libre, la libertad de movimiento, el acompañamiento emocional, ¡la ratio! que nos permite todo eso....pero aún así, falta algo, hay un además, más sutil e imperceptible, que está en la forma de estar, es ese quedarse a un lado por un tiempo. Tenemos la idea que las personas que trabajan con niños deben ser una especie de animadores que hablan fuerte y cantando todo el tiempo, que distraen y hacen reír a los niños aprovechando para enseñar los colores y los números a cada paso. Pero para que enseñar sea diferente es necesario observar cuidadosamente lo que los niños hacen. Hacen sin que les digamos qué y cómo y cuando o muy bien o muy mal.
Es difícil transmitirlo, pero cuando pasas horas, días y meses observando a los niños en un ambiente relajado y te das cuenta de todo lo que hacen, prueban, intentan, observan, relacionan, consiguen , piensan, experimentan y sienten....Te das cuenta que cualquier intevención por muy bienintencionada que sea es una interrupción de un proceso muy complejo que se está dando en cada niño que juega libremente. Aclaro, que eso no significa dejarlos solos, necesitan nuestra presencia, nuestra mirada, nuestra escucha, nuestras palabras también claro pero no invadiéndolo todo, respondiendo, confirmando, preguntando a veces pero no esperando la respuesta correcta, sólo preguntando para pensar juntos como sería? Necesitan también nuestros límites, la contención que les da seguridad, tranquilidad. Y también nuestro modelo, como estamos, como hablamos con otras personas, como tratamos a los animales, como comemos, como cuidamos de los demás y de nosotras mismas. En todo momento estamos enseñando y en todo momento estamos aprendiendo

 
"Jugar es la expresión más alta del desarrollo humano; en la niñez, por sí solo, es la libre expresión de los que hay en el alma de un niño" 
Friedrich Froebel

 
Noemí Villamuza















Estamos de acuerdo en que no hay manera de jugar que no sea libremente, y que la manera de conocer mejor a un niño es verlo jugar. Cada uno a su manera, con sus intereses....adivinan qué está interesando mucho, muchísimo en el bosque de Gulubú desde hace un tiempo?




Dicen que estos intereses tan intensos por un tema (coches, dinosaurios, trenes...) en niños muy pequeños son positivos y señal de inteligencia. No sé, está claro que apoyar aquellas actividades que surgen de su interés es acompañar su desarrollo y que ojalá esto fuera posible también en edades más avanzadas ya en la escuela, cuando los intereses propios quedan postergados por los intereses del currículum o de la mayoría del grupo (si tienen la suerte de trabajar por proyectos) y cuando los temas obligatorios les quitan el interés por aprender, ese tan auténtico y genuino que vemos en un niño pequeño por lo que le apasiona.


El movimiento libre es más una actitud que un mueble

De las actividades propuestas este mes tengo unas fotos de los gulubitos pasándoselo en grande con un circuito casero que montamos como alternativa al parque unos días de mucho viento. El circuito consta de una banqueta pequeña, un banco alargado, una mesa, y un colchón...sobra decir que dio para mucho, mucho movimiento, exploración, aventura, emoción. Incluía asumir pequeños riesgos, superar temores, orgullo por sus logros, alegría...si me pedían ayuda me ponía más cerca y ofrecía una mano, no les decía qué o cómo moverse.
Las redes, si siguen como yo proyectos educativos en esta línea, verán  están llenas de fotos de mobiliario Pikler ( que me encanta, me parece que puede ser muy útil) pero no es imprescindible. Sí adecuar el espacio, pero no tener una colección en casa de cubo, rampa, escalera, triángulo...
¿porqué? porque el movimiento libre es más cuestión de actitud que de mobiliario. Una actitud de confianza en las capacidades del niño, de respeto por su ritmo e iniciativa y de conocimiento de que el desarrollo motriz es un proceso madurativo y por lo tanto no necesita ser enseñado (ni puede ser apurado).


Ambiente Pikler



"Ilustración de Virginie Maillard. - bougribouillons.fr "




Experimentamos sin más. No hacen falta álbumes de fichas

Siento que tengo que hacer un llamamiento a todos los profesores de infantil y primaria. No como educadora, hablo como madre. Mi hija, ya en la secundaria, ha traído a casa una media de 6 x 10 álbumes sin contar que a veces son más por lo de plástica, y actividades complementarias. Me llena de ternura ver los dibujos y redacciones de mi hija y quiero conservarlos..... pero he tenido que rescatarlos entre quilos y quilos de fichas fotocopiadas y cartulinas pegoteadas, cortándome los dedos al abrir unas 80 encuadernadoras metálicas oxidadas.
Lo inexplicable es esa necesidad de mostrar un resultado para explicar cuanto han trabajado nuestros hijos (y sus maestras), pero en realidad nos hemos perdido lo importante, el proceso. (el resultado sólo es importante si ha quedado plasmado algo de ese proceso y algo del alma del niño, cosa que pocas veces pasa al rellenar una ficha fotocopiada todos igual)





"Cuando decimos que amar educa, lo que decimos es que el amar es como un espacio donde acogemos al otro, donde lo dejamos aparecer, en el que escuchamos lo que dice sin negarlo desde un prejuicio, supuesto, o teoría.
Amar educa. Si creamos un espacio que acoge, que escucha, en el cual decimos la verdad y contestamos las preguntas y nos damos tiempo para estar allí con el niño o niña, ese niño se transformará en una persona reflexiva, seria, responsable que va a escoger desde sí. El poder escoger lo que se hace, el poder escoger si uno quiere lo que escogió o no, ¿quiero hacer lo que digo que quiero hacer?, ¿me gusta estar donde estoy?”, son algunas de las preguntas que aparecen.
Para que el amar eduque hay que amar y tener ternura. El amar es dejar aparecer. Darle espacio al otro para que tengan presencia nuestros niños, amigos y nuestros mayores."

Humberto Maturana 


Sarah Reilly




Enlaces sobre intereses intensos en niños pequeños: