Parece que para que haya casa
![]() |
Gabriella Barouch
|
tiene que haber árbol,
raíces, tronco, olor a tierra.
Han de brotar las ramas,
desprenderse las hojas.
Ha de pasar el agua cerca.
Tiene que caer la lluvia, llevarse el polvo,
secar el aire las hojas.
Para que haya casa
ha de haber tiempo para ordenar
y espacio para el desorden.
Han de quedar siempre
pequeños rincones por explorar, por ejemplo,
aquellos lugares donde se guardan
las palabras que aún no supimos decir.
Para que haya casa
hemos de llevar muy adentro
las casas que fueron los que ahora viven lejos.
Casa es también el lugar
donde nos permitimos llorar y dejamos
a las lágrimas alcanzar la tierra.
Habitar cuerpo, árbol, tierra, madre.
Soltar lluvia, aire, lágrimas, río.
Construir sueños, monte, amor, versos.
Hallar la casa.
Beatriz Viol
Hay algo que las madres de día tenemos muy claro, la importancia de la casa, del hogar. Cuando explicamos nuestra figura profesional, algo que todavía tenemos que hacer y justificar muy a menudo, siempre reflexionamos sobre qué es lo que nos diferencia de otros servicios de atención a la pequeña infancia: ¿es la ratio? sí, pero no solo la ratio, ¿es la mirada? por supuesto, pero no solo eso, ¿los materiales? no es lo más importante, pero también, ¿el proyecto pedagógico? importante, pero hay muchos centros con proyectos pedagógicos muy bien pensados. Es la casa! no la casa como inmueble, como instalación, como espacio, sino la casa como hogar, como refugio donde se enraíza la propia historia, la casa como espacio de creación del vínculo. Y es que por mucha formación que tengamos, cada madre de día ejerce desde su propia historia, su manera única de hacer las cosas. Somos más que educadoras, tras este título de madres de día va nuestra manera única de maternar, nuestra espontaneidad, reconocer las raíces de nuestro disfrute, lo que nos conmueve, nuestra voz propia, lo que anhelamos, nuestras preguntas, nuestras respuestas. Desde ahí es que podemos desplegar un mundo lleno de experiencias significativas conectando con nuestra propia herencia, con sus infancias y la nuestra, lo que nos inspira. Por eso la casa de la madre de día es templo de la vida cotidiana, y cada casa tiene sus rutinas, y creatividad únicas. En casa somos más auténticos, más nosotras mismas, en casa nos descalzamos, lloramos sin vergüenza, reímos más fuerte y bailamos sin miradas ajenas. El tiempo es más relajado, nos sentimos protegidas, cuidadas...como no se va a notar todo eso?
Septiembre
Septiembre es bienvenida, es abrir la casa nuevamente, es proceso de familiarización, incorporamos un nuevo integrante al grupo y con él todo cambia. Una nueva familia entra a formar parte, una familia que está en un momento que debe ser muy cuidado. Para todos es un momento significativo, para los otros gulubitos el que haya un bebé en la casa cuando hace nada eran ellos los bebés, y pasar a ser "hermanos de día" mayores; para la madre de día son días intensos también de sostener todo eso, literalmente, con cuerpo, palabras y mirada cuando los brazos no alcanzan para no descuidar a nadie y emocionalmente abrirse a crear un nuevo vínculo
Octubre
Tiempo de dejar ir, todo empieza a fluir y nos dejamos asombrar por las maravillas del otoño
Noviembre
Ahora ya estamos como en casa y nos queremos y cuidamos como hermanos. Es tiempo de desplegar todo nuestro potencial
Creando vínculos...
Fabricamos nuestro farolillo para San Martín y celebrar así nuestra luz interior frente a la llegada del invierno
Diciembre
Casi sin darnos cuenta llegamos al último mes, llega el frío y como cada año, vamos a la montaña a buscar al "Tió", lo traemos a casa bien tapadito y le damos mandarinas. Jugamos con papel y fabricamos nieve... Los virus no nos dejaron festejar el solsticio de invierno y "cagar el tió" pero queda pendiente para enero. Mientras los gulubitos se recuperan en sus casas con su familia, yo lo sigo alimentando con paciencia y cariño, como a este blog...
Deseos de año nuevo
Seguir cuidando la infancia, que es cuidar la vida, defender un tiempo lento, la ternura...que todos puedan hallar la casa, el espacio seguro para ser, que mi casa siga siendo refugio, que mis brazos sigan siendo casa, aun si mis rodillas flaquean...










No hay comentarios:
Publicar un comentario