Espacio Maternal- Madre de día- Educadora infantil
El bosque de Gulubú
Sarah Preston
"¿Ustedes vieron esos libros-sorpresa que cuando uno los abre aparecen figuritas de pie?
Bueno, igualito es el bosque de Gulubú. Como las marionetas dormidas. Uno le tira de los hilos y ellas se ponen de pie, bailan y se mueven.
El bosque de Gulubú está planchado en el suelo, y cuando su dueño tira de los alambres, los árboles y los yuyos y las casitas y los bichos aparecen todos como diciendo:
–Aquí estamos. Estábamos jugando a la escondida. "(...)
"Por eso, si ustedes alguna vez encuentran detrás de un árbol, o detrás de cualquier cosa, a un inspector enanote y sabihondo que les dice que no es posible que existan un enanito y 7 Blancanieves, o que no es posible que exista cualquier cosa linda, ustedes pueden contestarle:
Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de
producción y de cambio, no expropian las
cuevas de Alí Babá.
Pero quizá desencadenen la alegría de hacer,
y la traduzcan en actos.
Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla aunque sea un
poquito, Es la única manera de probar que la realidad es
transformable.
Eduardo Galeano
Lo que hacen las madres también son cosas chiquitas, que parecen invisibles y sin embargo transforman la realidad. Pensando en lo que cuesta que se reconozca y se valore el trabajo de las madres de día me dí cuenta que esa dificultad es fruto del poco reconocimiento social de lo que hacen las madres.
El otro día la mamá de uno de los
bebes que viene al bosque de Gulubú, me lo trajo dormido abrazadito
a su madre en la mochila. Se desajustó la mochila y con mucho
cuidado para que no se despertara yo me calcé la mochila y me lo
pasó. Me senté con cuidado en la butaca y me quedé mirándolo,
sintiendo su respiración en mi pecho, intentando que mi respiración
también fuera pausada y relajada para tranquilizarlo y que su
descanso no fuera interrumpido. Su mamá se fue a trabajar. Y estando
así tuve la tentación de pensar que debería aprovechar el tiempo,
que no estaba haciendo nada yo. Me acordé entonces de un libro que
estuve leyendo hace poco: Lo que hacen las madres sobre todo cuando parece que no hacen nada, y me dí cuenta que lo que estaba haciendo
es importante, no se ve, no estoy produciendo nada, ....Pero es muy
valioso, muy importante para ese bebé y para la sociedad de la que forma parte.
Las madres de día asumimos lo que parecería un doble papel, el de educadora y cuidadora o madre, pero en realidad no se puede separar. Es indispensable crear un vínculo afectivo y proporcionar, calor, amor, seguridad, alimento e higiene en la misma medida que un espacio diseñado para explorar libremente, un material rico y variado y un acompañamiento respetuoso. Consolamos, nos preocupamos y estamos alertas y atentas como una madre; pensamos y diseñamos material de juego, los observamos, los acompañamos,...Los cuidados maternales se funden con el acompañar sus aprendizajes. Pero nos encontramos con la misma incomprensión que las propias madres en nuestro trabajo diario. En parte porque nuestra profesión no está reconocida ni regulada pero también porque la maternidad no está valorada.
Por un lado está la sensación de aislamiento, al estar sola en casa, a veces parece que vives en un mundo paralelo. Y después está la necesidad de demostrar lo que haces, lo que produces....y eso no es tan fácil de mostrar porque hay cantidad de cosas que hace una madre que ni siquiera existe un lenguaje para nombrarlas. Naomi Stadlen* lo explica muy bien en su libro y a través de la experiencia de cientos de madres saca a la luz esas cosas chiquitas tan importantes que hacemos las madres. Una de ellas es el consuelo:
El consuelo humano es una de las
mejores fuerzas que podemos ofrecernos unos a otros. Se puede dar de
forma casual con una sonrisa, una caricia, unas pocas palabras,
incluso por el silencio. Sin embargo, es muy eficaz. No suele alterar
la causa de nuestros problemas, pero hace que nos sintamos más
capaces de enfrentarnos a ellos.
Muchas madres consuelan a sus bebés
cuando lloran, aunque eso suele pasar desapercibido.
Las teorías para afrontar esta
situación suelen centrarse en la técnica. Sin embargo, para
responder a un bebé que llora hace falta algo más que técnica. Por
detrás de lo que hace una madre se encuentra su visión de la
naturaleza humana. Aunque no sea consciente de ello, influye en
muchas de la decisiones rápidas que debe tomar. Básicamente puede
pensar que su bebé es bueno, en cuyo caso confía en él, o verle
como resultado de la maldad humana o del pecado original, lo cual la
obliga a formarle. Esto supone una gran diferencia.
La madre que confía en su bebé le
cogerá y le tendrá cerca de ella. La que ve el llanto de su bebé
como una necesidad de formarle mantendrá cierta distancia.
Cuando una madre consuela no está intentado cambiar el comportamiento de su bebé, ni apaciguarlo, lo que ofrece va mucho más allá , y tiene que ver también con sus creencias sobre la naturaleza humana y con la capacidad para empatizar con el bebé.
Una parte importante del consuelo
depende de que la madre considere razonable la angustia de su bebé.
Eso le permite tratarle con respeto. Aunque no comprenda por qué
está llorando, confía en él. No intenta negar su malestar o
librarse de un "ruido sin sentido". Se compadece realmente
de él y quiere ayudarle.
He buscado documentación sobre el
consuelo, pero hay muy poco material disponible. Se han escrito
varios estudios sobre cómo "apaciguar" a los bebés. Pero
esto significa ayudarles a dejar de llorar. El consuelo va más allá.
La madre no sólo intenta cambiar el comportamiento de su bebé.
Siente compasión por su angustia y hace todo lo posible para
reconfortarle. La palabra reconfortar se deriva del latín fortitud,que significa "fuerza". Las madres utilizan su compasión para ayudar a sus hijos a sentirse fuertes.
El hecho de ser consolado es importantísimo para el bebé, pero no sólo para él:
El mundo se beneficia de la sensibilidad
y la compasión de las madres. Una madre puede encontrarse fijándose
continuamente en las injusticias del mundo que la rodea. Desde que se
ha convertido en madre las percibe con más intensidad. Las voces
compasivas suelen ser más suaves, aunque lo que digan resulte
desconcertante.
Y lo que aprende el bebé:
Aunque el niño sea pequeño, la calidez de sus gestos suele tener el poder de consolar realmente. Su consuelo no se puede considerar oportunista. No espera nada a cambio; simplemente está devolviendo algo que ya ha recibido. Ha aprendido de su madre que el consuelo humano puede ser muy bueno.
El estado de alerta, la capacidad para interrumpir constante e immediatamente lo que está haciendo para atender al bebé, la preocupación, la atención:
Los logros
maternales suelen pasar inadvertidos. Si no hay palabras para
describirlos, ¿cómo podemos reconocerlos? (...) El lenguaje puede
ser muy claro y preciso para explicar cualquier cosa práctica. Una
persona que ha limpiado tiene las palabras adecuadas y una zona
limpia para demostrarlo. Es mucho más difícil encontrar una palabra
para describir el tipo de atención que una madres presta a su bebé.
En muchos casos ni siquiera hay un cambio evidente en el bebé que
pueda confirmar lo que ha hecho.
Los logros más
maternales se suelen considerar un fracaso. "Preocuparse"
es un buen ejemplo. La mayoría de las madres se preocupan. Pero ¿qué
hace en realidad cuando está preocupada? Por ejemplo, si su bebé no
deja de llorar, puede comenzar a pensar de una forma activa. Puede
escuchar y observar cómo llora dejando a un lado sus propias
suposiciones. Puede intentar comprender cómo se siente. Puede
justificar su comportaminto con explicaciones que ha leído en
alguna parte. Puede recordar algo que leyó hace muchos años y había
olvidado hasta ese momento.
En otras palabras,
puede pensar con rapidez en una gran variedad de posibilidades. Puede
acabar con una idea bastante clara de por qué llora su bebé.
La capacidad de estar atenta y comprender un nuevo lenguaje no verbal y la enorme responsabilidad que conlleva la crianza:
La palabra "responsable" proviene de "responder", y
esto es precisamente lo que hace una madre. Aprende a responder a su
bebé. En la mayoría de las relaciones esto se hace con palabras.
Tener que observar y escuchar las "señales" no
verbales de un bebé puede resultar muy extraño. Con el tiempo es
cada vez más fácil. Pero al principio suele exigir un nuevo estilo
de comunicación.
Y qué importancia tienen esas cosas chiquitas que las madres hacen sin que nadie aprecie:
Una madre no vive en un vacío social. No está simplemente luchando con su propia
autoestima, como parecen pensar algunos. Un bebé es mucho más que
su empresa privada. No es un hobby para su tiempo libre. Está
criando a un nuevo miembro de nuestra sociedad.
Históricamente
siempre ha habido madres que han pagado por cuidar a sus hijos, por
lo general en casa. Sin embargo, hoy en día la mayoría de las
madres trabajan lejos de sus bebés, y por lo tanto necesitan que
alguien los cuide."Te volverías loca si te quedaras en casa
sola con tu bebé", suelen decir. Y en parte tienen razón
.Puede ser terrible cargar con una responsabilidad tan pesada con tan
poco reconocimiento por parte de los demás. Se habla mucho del daño
que una madre puede hacer a su hijo, pero no de lo que hace bien. Sin
duda alguna lo bueno que haga le durará a su hijo toda su vida. ¿Por
qué no se dice esto con más frecuencia?
Tampoco está aislada del resto de la sociedad. La gente supone a veces que si una madre no se gana la vida, está de algún modo "fuera" de a sociedad, sin un papel socia. Sin embargo, las madres tienen un papel social muy preciso. como no hay una palabra para él, no suelen reconocerlo. No son conscientes de con cuánta frecuencia lo desempeñan y se plantean si lo están haciendo bien. Son intermediarias. Se relacionan tanto con sus hijos como con los demás. En muchos casos tiene que explicarles a sus hijos situaciones sociales sutiles con un lenguaje sencillo. Pero a veces también se encuentran explicándose y pidiendo disculpas a otras personas por ellos.
Por todo eso, para que el trabajo de las madres de día sea valorado, hay que empezar por visibilizar y revalorar el trabajo de las madres. El primer paso es ser conscientes nosotras mismas de todo lo que estamos haciendo cuando parece que no hacemos nada y de lo importante que es no sólo para nuestro bebé si no para el conjunto de la sociedad. Las madres de día estamos luchando por el reconocimiento de nuestra profesión pero esa lucha va de la mano del reconocimiento del valor social de la maternidad y del derecho del niño a recibir cuidados maternales, especialmente en la primera infancia cuando estos cuidados no pueden restringirse a un horario. En el fondo sabemos que un bebé necesita a su madre y que ésta es capaz de reconfortarle al instante, pero esta pequeña acción junto a otras muchas que también pasan desapercibidas constituyen para ese bebé una base de seguridad y de afecto a través de la cual interpretará, reinterpretará y creará su mundo.
*Naomi Stadlen, reconocida psicoterapeuta y madre de tres hijos, empezó a interesarse en el tema de la maternidad a raíz de colaborar con varios grupos impulsores de la lactancia materna y descubrir que el tema llegaba mucho más lejos que la simple alimentación. Lleva doce años dirigiendo un grupo de apoyo a las madres, Mothers Talking, en su país de origen, Inglaterra, y otros tantos ofreciendo su consejo a madres y padres de hijos pequeños.
Fruto de cientos de conversaciones con madres de edad y procedencia diversa, ha publicado Lo que hacen las madres.
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