El bosque de Gulubú

El bosque de Gulubú
Sarah Preston

"¿Ustedes vieron esos libros-sorpresa que cuando uno los abre aparecen figuritas de pie?

Bueno, igualito es el bosque de Gulubú. Como las marionetas dormidas. Uno le tira de los hilos y ellas se ponen de pie, bailan y se mueven.

El bosque de Gulubú está planchado en el suelo, y cuando su dueño tira de los alambres, los árboles y los yuyos y las casitas y los bichos aparecen todos como diciendo:

Aquí estamos. Estábamos jugando a la escondida. "(...)


"Por eso, si ustedes alguna vez encuentran detrás de un árbol, o detrás de cualquier cosa, a un inspector enanote y sabihondo que les dice que no es posible que existan un enanito y 7 Blancanieves, o que no es posible que exista cualquier cosa linda, ustedes pueden contestarle:

–Sí señor, existe, en el bosque de Gulubú."


Dailan Kifki

Maria Elena Walsh






miércoles, 15 de mayo de 2019

Ojos mágicos

Ojos mágicos

Ernesto me contó que su hijo dibujaba unos dragones espectaculares, llenos de colores
y formas extrañísimas. Luego agregó:
por la escuela, dejó de hacerlos.

¿Dónde fueron tus dragones?
¿Dónde fueron tus intensos soles?
Dibujabas con colores
cielos diferentes,
cielos arbitrarios,
necesarios.

¿Dónde estaban, dónde
era que los encontrabas?
¿Dónde los veías con los ojos
de tu alegría?

Se escondieron en tu escuela
o en rutinas de oficinas
de llegar y que durmieras
o salir cuando abrías
ojos que los descubrían.

La verdad no los alcanza.
Volverán hechos poesía,
un amor, o la aventura
de tu vida.

Luís María Pescetti


Todos los niños tienen sus "dragones" y unos ojos mágicos que inventan, descubren y ven el mundo de manera única. A través de su mirada podemos redescubrir el mundo, pero tenemos que dejarlos ser y no imponer la nuestra. Ojalá la escuela no destierre sus dragones.


Dibujando con ojos mágicos

Siempre me ha fascinado la dedicación y pasión con que dibujan los niños pequeños. Cómo mantenerla, porqué llega un momento en que dicen no sé dibujar, y copian o dejan de dibujar.
Los gulubitos más grandes realizan ya trazos muy definidos y a voluntad, mientras dibujan relatan lo que ven, lo que imaginan...yo observo.




Encontré estas ideas sobre como posicionarnos para acompañar el dibujo infantil y me parecieron un buen punto de reflexión. Son de Glòria Vives y este es su blog:


-Intervenir muy poco en sus dibujos (solo cuando nos invitan) y nunca con dibujos que aporten una carga simbólica (si dibujamos, hacemos rayas, redondas, puntos y nunca pájaros, casas, coros, flores...).Lo hacemos por varias razones:

1. Porque la carga de significado del dibujo de un adulto toma todo el protagonismo y anula todas las experiencias que el niño ha llevado a cabo en el mismo papel.

2. Porque aprenden a copiar nuestros símbolos y van perdiendo el instinto de dibujar las cosas tal como las ven. Por ejemplo, casi todos los niñas dibujan casas de doble tejado donde no han vivido nunca, pájaros como si fueran un signo de “visto” que no tienen ningún sentido porque no entienden que son (si no tiene ni pico , ni ojos, ni patas!) y árboles de algodón que no tienen hojas, ni ramas , ni raíces... Son símbolos que han aprendido de los padres o educadores y que les ahorra rebuscar en cómo es el objeto realmente. Y como que los padres los entendemos, ya nos está bien (estas formas son más semblantes a la escritura que al dibujo y cuanto más tarde entren en su imaginario, mejor).

Si el padre no entra en la propuesta del niño con su dibujo muy hecho, el niño no compara ni juzga si su dibujo está bien o mal hecho...

-Procuramos no preguntar nunca qué es. Porque a veces no es nada, a veces no es y ya será y ya nos lo explicará y a veces solo quería probar el “retu” nuevo... No esperamos que todos sus dibujos “sean”.



-No los guardamos, ni los colgamos si no nos lo piden para sacar la carga de dibujo definitivo a un ejercicio o a un juego (a pesar de que si me enamoro los rescato y los guardo de estranquis...). -Intentamos evitar juzgar ni positivamente ni negativamente, y que vivan el dibujo como una experiencia (a pesar de que hay que reconocer que el a menudo se me escapa uno: “qué bonito!”...).



-Trabajamos encima de apoyos variados que nos encontramos. Procuramos huir del DIN A4 blanco ordinario. Dibujamos en sobres de facturas, en cajas de galletas abiertas, en sobras de las bolsitas de té (y vivimos la experiencia del minidibujito...)



-Ponemos al alcance material con el cual puedan ser autónomos (que se destapen fácilmente y que no se envuelvan mucho). Siempre lo tienen al alcance y no nos necesitan para usarlo.



Esto no quita, está claro, que un día nos ponemos con las pinturas y hacemos un “cuadro para colgar”...



Las habichuelas mágicas


De adultos damos por hechas muchas cosas y muchos fenómenos de la naturaleza los pasamos por alto, por eso está bien contagiarnos de su curiosidad y dejarnos maravillar por como crece una planta de una semilla. No se trata de dar grandes lecciones de ciencias naturales sólo sembrar la curiosidad y observar ¿qué pasará?




No es asombroso?



Manos mágicas

Los ojos mágicos, esa capacidad de ver y asombrarse, de ver e inventar, de ver e imaginar, va acompañada de manos que experimentan y crean, tocan y sienten, hacen y aprenden...

Experimentamos con barro (arcilla)



Pintamos, esta vez,huevos 



Jugamos con pan rallado. Su textura tan parecida a la arena nos ayuda a crear minimundos, nos aporta experiencias sensoriales y nos invita a dibujar y trazar espirales,...todo surge de una propuesta con un material, las actividades las crean ellos...





Y otra característica de los ojos mágicos es ver un charco no como una dificultad si no como una oportunidad





Vínculos y relaciones, el tejido mágico que nos une


Otra de las magias que suceden en el bosque de Gulubú es ver como se crean y  se construyen las relaciones. Procurar un ambiente relajado en el que todos podamos sentirnos cómodos y dedicarnos a ser quienes somos sin tener que estar alerta o defendiéndose o reclamando atención, es uno de los objetivos del proyecto. Y dentro de ese ambiente, los vínculos que se crean entre los gulubitos jugando y compartiendo experiencias son muy grandes. La llegada de un nuevo gulubito reajusta al grupo, nuevas necesidades que atender y nuevas emociones, un momento delicado, cuidado y con mucho respeto.



 La magia del verde
 
Maggie Chiang



En nuestro encuentro de gulubitos de primavera hicimos una excursión muy recomendable por el Camí del Rec.
Como siempre, es un disfrute ver a los gulubitos y pasear con ellos por la naturaleza. 
Son muchas las ventajas de estar en contacto con "el verde" para los niños, pero sin duda, es genial para todos y cada vez más siento que son los gulubitos que me llevan a mi de excursión y les doy gracias por eso.
Y es que como dice Heike Freire, "es maravilloso ver con ojos de niño un espacio natural. Está comprobado que la naturaleza estrecha muchísimo los vínculos entre padres e hijos y con la comunidad"





Pasamos puentes, vimos una cueva, renacuajos, un lagarto, flores, ....




Gracias por tanta magia! Seguimos creciendo, descubriendo, jugando, aprendiendo 

Kaatje Vermiere

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